lunes, 24 de septiembre de 2012

AL CABO, NADA OS DEBO


Por fin llegó el otoño y parece que también las tan esperadas lluvias. Este ha sido el verano más caluroso y seco de los últimos 50 años ¡Adiós verano! Seguro que te echaremos de menos, pero ahora de momento no. De todas maneras nos espera un otoño caliente, al menos en lo que a lo político y lo social se refiere.

 
Este mes de octubre nos enfrentamos a un más que seguro rescate de nuestra economía y por tanto a una nueva batería de “ajustes” en el gasto público. ¿Como se sustanciara esta ayuda? Es la única duda que nos queda. Será en un préstamo directo al estado español o bien en la compra masiva de deuda por parte del banco central europeo para que nos podamos financiar a un precio razonable. En cualquiera de los dos casos, los recortes en las prestaciones que el estado ofrece a los ciudadanos y las nuevas cargas impositivas sobre los menguados ingresos de la gente, están a la vuelta de la esquina.

 
Tras la Diada del pasado 11 de septiembre se plantea un nuevo problema a los problemas económicos antes mencionados. Desde que se instauró el actual régimen de democracia parlamentaria, venimos asistiendo periódicamente al chantaje de los partidos nacionalistas, que gracias a nuestro injusto sistema electoral con una cantidad relativamente pequeña de votos se convierten en el fiel de la balanza bipartidista y obtienen en el parlamento español mucho más poder del que por número de electores les debía corresponder. En definitiva, que vale más el voto de un catalán nacionalista que el de un castellano, asturiano, andaluz o cualquier otro ciudadano de una comunidad autónoma sin tradición nacionalista. El órdago independentista catalán, llega en el peor momento posible. Como hemos dicho antes, el gobierno va a tener que meter la tijera a fondo en las cuentas públicas, lo cual inevitablemente va a exacerbar aún más los ánimos entre la ciudadanía, ya de por si muy jodida. Sacar en este momento las reivindicaciones independentistas por parte de CIU manipulando el descontento popular y volviéndolo contra los “colonialistas españoles que no dejan que Cataluña se desarrolle como nación y prospere económicamente” es un mensaje que cala en las masas descontentas, a pesar de que los caciques seculares de Convergencia y Unió y el anterior gobierno tripartito sean los principales responsables del saqueo de las arcas públicas en la comunidad autónoma catalana.

 
La independencia de Cataluña es una quimera y además es sumamente irresponsable por parte de los nacionalistas plantearla ahora mismo. En el escenario más favorable a sus tesis, habría una relación independentistas-no independentistas en torno a un 60%-40%. Para una población de 7,5 millones de habitantes, supone dejar con el culo al aire a 3 millones de personas, sin el concurso de las cuales la prosperidad catalana (Mas pasada que presente) no hubiera sido posible ¿Qué hacemos con estos ciudadanos, con estos compatriotas? Tal vez Artur Mas o Carod Rovira o Joan Laporta se planteen deportarlos o algo peor. A las grandes empresas catalanas mentarles la independencia es como mentarles a la bicha, ya que aunque venden mucho fuera, su principal mercado sigue siendo el español. Incluso el Barça, “ese ejercito catalán sin armas”, cuyo presidente, Sandro Rosell fue a la manifestación del día 11 “a titulo particular” ha dicho que ante una supuesta independencia de Cataluña, ellos quieren seguir jugando en la liga española “la pela es la pela” La última ocurrencia que he oído hoy es que quieren ser un “estado libre asociado” como Puerto Rico es para con los Estados unidos. Quizá entonces, Albert Pla o Raimon sean la versión catalana de Ricky Martin, pero sin salir del armario ¡En fin..!

 
Parece evidente que el modelo autonomista está más que agotado y hay ponerse manos a la obra para redefinir la estructura del estado español, a ser posible con menos aparato burocrático. España no es “una grande y libre” ni “el imperio donde jamás se pone el sol” pero, pese a todo lo malo que actualmente nos ocurre, es una entidad de una cierta importancia en el contexto internacional y a estas “nacionalidades históricas” que jamás fueron una nación independiente, no les ha ido tan mal, en lo social y en lo económico, unidas a este ya viejo país. Nuestros pecados también han sido los pecados de catalanes y vascos y la penitencia por los mismos la tendremos que afrontar juntos como es de justicia. Cuando escampe se planteará lo que ellos quieran, pero no antes y con unas reglas del juego que no dejen en la indefensión a amplios grupos de ciudadanos que además de catalanes o vascos también se sienten españoles.

 
A los nacionalistas que piensan que a mi o a el resto de españoles nos están dando algo, les recuerdo los versos de Antonio Machado, aquel hombre bueno que murió en el exilio y que una vez soñó una España de prosperidad y concordia que entonces no pudo ser.

 
Al cabo, nada os debo. Me debéis cuanto escribo.

A mi trabajo acudo. Con mi dinero pago

el traje que me cubre y la mansión que habito,

el pan que me alimenta y el lecho en  donde yago…

 
Tengan el paraguas cerca y por las mañanas pónganse una chaquetita fina.

 

Dr Miriquituli

 

 

 

 

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