miércoles, 22 de febrero de 2012

TAPPER SEX 1ª PARTE

No pasaba por mi mejor momento. Vivía en un sótano infecto que no tenía ventanas y daba a un patio de luces por el que me caían todo tipo de desperdicios de los diez pisos que tenía por encima. Me habían despedido del último trabajo hacia tiempo y no encontraba nada. Ya casi se me había olvidado la última vez que hice el amor. No era ni más guapo ni más feo que antes, pero notaba el rechazo de las mujeres. Cada vez que trataba de abordarlas para tener sexo ¡Huían de mi como si estuviera apestado!

Repasando las ofertas de empleo en un periódico gratuito, vi un anuncio que parecía interesante, decía lo siguiente: “Trabaje como comercial de venta directa, distribuidora de productos a domicilio, en reuniones concertadas”

No me lo pensé y marqué el número. Al otro lado del teléfono, sonó una voz algo aguardentosa,  de un hombre mayor, muy afeminado:

-Fresa y Menta, dígame-

-Mire…. Llamo por el anuncio que tienen puesto en La Voz de Horcasitas, para el puesto de comercial de venta directa.-

-Ya majo, pero es que este trabajo es para chicas o para chicos que “entienden”-

Sin percatarme del significado que mi interlocutor le daba al verbo entender le dije:  

-No se preocupe señor, yo entiendo, entiendo muchísimo-

-Uhmm. Bueno bueno, pásate por aquí y te veo, guapo-

La empresa Fresa y Menta Distribuciones SL. Estaba en un polígono industrial de las afueras, en el que había muchísimas prostitutas ¡Unas tías buenísimas! Pero ese mes andaba corto de dinero y no tenía ni para pagar el alquiler del “Palacio de la cucaracha”

Llegue a la nave y llamé al timbre. Me abrió la puerta un individuo, rumano o búlgaro, de expresión adusta, que por gestos me envió al piso de arriba. Una administrativa con el mismo careto que el tipo de abajo, me ordeno, también sin palabras, que tomase asiento. Al poco rato salio la persona con la que había hablado por teléfono unas horas antes. Un hombre de edad indefinida, con una llamativa peluca de media melena, muy rubia y con rizos. Iba vestido con un terno mil rayas de color lila, con brillos. La camisa era de las que tienen el cuello de un color y el cuerpo de otro color, blanco y azul, respectivamente. La corbata de ese hombre exigiría una explicación que supera con mucho mi capacidad descriptiva, sólo puedo decir que la rosaleda del Retiro en el mes de mayo, tiene bastante menos colorido. Completaban el atuendo, pañuelo a juego con la corbata y un juego de gemelos y alfiler de corbata con unos brillantes gordísimos.

Estreché la mano a Melchor Cerrudo, que así es como se llamaba aquel tipo tan hortera y el me plantificó un par de besos. Después de tanta efusividad pasamos a su despacho, tengo que decir que yo un poco intranquilo con Melchor a mi retaguardia. Ya dentro del despacho, lo que vi no contribuyó a mi sosiego. Estanterías llenas de consoladores de todo tipo, látigos y atuendo sado-masoquista de cuero y látex, varias muñecas hinchables, un sinfín de prendas de lencería erótica y multitud de botellitas y frasquitos.
Pasada la impresión inicial que me había producido el tal Melchor, pude apreciar que tras su aspecto esperpéntico se escondía un inteligente hombre de negocios. La propuesta de trabajo era como asesor en reuniones de tupper-sex. Aseguraban unas ganancias mínimas en cada reunión, poco, apenas para cubrir los gastos del desplazamiento, pero yo estaba muy necesitado de ingresos  y decidí probar suerte.

Firmé un contrato y el rumano poco comunicativo, Dimitri supe que se llamaba, me facilito una maleta con muestras, manuales y varias cajas con los productos que más se solían vender en aquellas reuniones. Finalizada la parte “profesional” de la reunión Melchor Cerrudo volvió a su rollo “locaza”

-Esta noche hay una fiesta en el bar Sarasa´s de Chueca, todos buenos amigos, gente maja. Nos tomamos unas copitas y luego nos desmadramos un rato en el cuarto oscuro-

-Lo siento Melchor, pero esta noche ya he quedado-

-¿Tienes novio? Normal. Estás en la edad ¿En que bares paras?-

-No se….En el Rincón de Valdepeñas, en Casa Juani….-

-Ja, ja, ja que simpático eres, simpático y guapo. Si cambias de opinión ya sabes donde estamos. ¡Ah y vístete más alegre, que pareces un comercial de pompas fúnebres!-

De vuelta al cuchitril que tenía por casa, ley atentamente el manual de ventas y las instrucciones de uso de todas las muestras que llevaba en el maletín. Me preparé la ropa de export más apañada que tenía, que era poca. Desde que estaba en el paro, casi siempre andaba en chándal. Tenia algunas cosillas compradas en los almacenes de saldos del Full & Bread o Massimo Tutti Frutti y otras tiendas similares.

Al día siguiente tenía mi primera reunión de Tupper Sex en una urbanización de las afueras.

Continuara….

Dr. Miriquituli








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