miércoles, 8 de febrero de 2012

ALBERTO CONTADOR

Si queridos lectores, ya se ha producido. Se ha perpetrado el mayor atentado contra el deporte español de los últimos tiempos. Tras un calvario judicial de dos años, el TAS ha declarado culpable de dopaje por clembuterol  al campeonísimo Alberto Contador.

Parece ser que la cantidad detectada era ínfima y en nada podía influir en el rendimiento deportivo del ciclista pinteño, pero es que a toda costa había que evitar que esos “morenitos” pobretones y vagos, sacaran otro Indurain que se enseñoreara del ciclismo internacional durante cinco o seis años seguidos. Bastante tienen los franchutes y otros europeos igual de finos, con que año tras año un español conquiste Roland Garros o la selección de fútbol gane el europeo y el mundial y tantos y tantos triunfos más de los deportistas españoles, mientras ellos no se comen una rosca.

Desde hace algún tiempo se percibe un run run mediático en los medios deportivos del país vecino, tratando de proyectar una sombra de suciedad sobre todo el deporte español.
La verdad es que nos temen, suena a chiste pero es así. España es un país que cuando ha estado bien gobernado y unido, ha dado mucho juego y ha competido de tú a tú en todo, con los mejores. La política deportiva española, desde las olimpiadas del 92 ha sido magnífica, lo que ha redundado en unos excelentes resultados de nuestros deportistas.

Que el deporte de alta competición está sucio por el doping, es una realidad que nadie discute, hay mucho dinero en juego. El ciclismo, es un deporte en el que prima lo estrictamente físico sobre lo técnico, por eso está más afectado por estas prácticas que otros deportes. Para que ustedes me entiendan, gana el que da más pedales y los da más rápido, aquí no hay un Messi, que sin ser físicamente el más fuerte, es mucho mejor que los demás, por sus cualidades técnicas. Alberto Contador tiene las condiciones musculares y cardiorrespiratorias idóneas para ser el gran campeón del ciclismo en ruta, pero en el deporte que practica y con las exigencias de las grandes vueltas, con etapas de más de 200 km y puertos que casi no sube ni el coche, se tiene que “meter” por cojones, eso si, TODOS se meten, pero él ES EL MEJOR.

Es un rumor muy extendido que el heptacampeón del Tour, Lance Amstrong dio positivo por nandrolona (Sustancia que si influye directamente en el rendimiento deportivo) en un análisis realizado recientemente, a una muestra antigua. También fue acusado por varios compañeros de equipo de doparse. Hace pocos días, ha sido juzgado EN SU PAIS por este motivo y por supuesto ha sido ABSUELTO. A este ciudadano norteamericano, amigo personal de George W. Bush, que por otra parte, es un magnífico deportista y creo que una excelente persona (ha hecho muchísimo a favor de la lucha contra el cáncer) no se le ha medido con el mismo rasero que a Alberto Contador. Y es que hay que ver, lo pelotas que son los franchutes con los ricos. París está lleno de americanos, que son los que llenan las brasseries y restaurantes, donde los galos, les pegan unos tremendísimos palos, a cambio de una comida bastante mediocre.

No se equivoquen, Francia no es nuestra amiga. Los franceses tienen interiorizado en su memoria colectiva, que el bienestar de su país pasa por que España esté por debajo de ellos, para que no les podamos hacer la competencia. Así ha sido desde hace más de 500 años. Las palmaditas en la espalda que nuestros políticos reciben últimamente de los mandatarios franceses, tengan por seguro que las pagamos y bien caras.

Recientemente he leído algunas cosas sobre una guerra muy poco conocida, acontecida en los años 60 del siglo XIX, la Guerra de la Cochinchina, en la cual España participó junto a la Francia de Napoleón III, el sobrino de Napoleón Bonaparte, en una aventura colonial, para hacerse con el control del sudeste asiático (Napoleón Bonaparte, decía de los españoles que éramos “Una chusma de palurdos, gobernados por una chusma de curas”). España, en aquella guerra, aportó hombres, barcos y dinero, además de las islas Filipinas como base en el Pacífico para la conquista. Los españoles tomaron Saigón, la capital del actual Vietnam y cuando ya habíamos hecho el trabajo sucio, el mando francés de las operaciones, envió a los españoles de vuelta a Filipinas, sin concederle a España nada de lo que con la participación activa de nuestros soldados se había conquistado. Eso es lo que debemos esperar de nuestros cartesianos vecinos, NADA DE NADA, si acaso, alguna puñalada por la espalda.

España es un país afortunado, lleno de contrastes, donde se puede vivir bastante bien. Solamente nos falta creer en nosotros mismos, por que los españoles somos tan buenos como los mejores.

Políticos y ciudadanos, sigan el ejemplo de nuestros deportistas.  Todos a arrimar el hombro, para que en unos pocos años podamos ver a nuestros queridos socios europeos, alejarse por el espejo retrovisor.

Un especial recuerdo para Alberto Contador, que tantos ratos buenos nos ha hecho pasar y que seguro que dentro de poco, nos va a brindar más títulos, que harán rabiar mucho, a los descendientes de Carlomagno.

Doctor Miriquituli.

   

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