sábado, 14 de enero de 2012

LA PEREGRINACIÓN A MARINALEDA DE CAYETANO


Hace veintitantos años, tenía yo una novia muy guapa natural de Badajoz y de profesión protésica dental. Nos veíamos principalmente los fines de semana. Vivía en la calle del Almendro, una pequeña calle que da a la Cava Baja, en pleno Madrid de los Austrias.

Cuando quedábamos los sábados por la tarde, yo me cepillaba muy bien los dientes, me pasaba la seda y hacia gárgaras con colutorio. Nos gustaba mucho besarnos, también me rasuraba a conciencia. Su piel era muy fina y el roce con mi barba hacia que le salieran granitos. Así, más bonito que un San Luis, le pedía el coche prestado a mi padre e iba a buscarla a su barrio. Merendábamos unos ricos bocatas de calamares en la Plaza Mayor, tomábamos algo por los pubs del centro y finalmente buscábamos un sitio tranquilo donde aparcar el coche y tener un rato de intimidad.

Una tarde de sábado, tras alternar por la zona de Plaza de España, aparcamos, a eso de las 2 ó las 3 de la mañana en un callejón, cerca de Princesa, en una de las puertas del Palacio de Liria, la residencia  en Madrid de la familia Alba. Estaba yo en el coche, realizando una faena de oreja y vuelta al ruedo con la bella pacense, cuando apareció Cayetano Martínez de Irujo y nos echó de la puerta de su palacio, amenazándonos con llamar a la policía. Pero no crean que el Duque de Salvatierra tenía que meter su coche, no ¡Venía andando!

Desde ese incidente la casa de Alba y la casa de Miriquituli son enemigas. Por que sepan que yo también soy noble. Entre mis ilustres ancestros se encuentran: Atila el rey de los hunos, Lola Flores o el Ayatolá Jomeini. Además Cayetano tenía que haberlo sabido al verme con la espada desenvainada. Si en lugar de Cayetano, me hubiera  sorprendido el gran Duque Fernando Álvarez de Toledo, me habría abierto las puertas de su palacio y le habría preguntado a mi novia si tenía una amiga.

Bastantes años después, se produjo mi segundo encuentro con el de Alba. Caminaba yo por la calle de Méndez Álvaro, viniendo de Vallecas, en dirección a la estación Sur para coger el metro, cuando irrumpió el Duque en bicicleta por la acera. Me tuve que apartar para no ser arrollado y en lugar de una disculpa, Cayetano, me dirigió una mirada de desprecio y superioridad que me golpeó en la cara como si de un guantelete ferrado se tratase.

También vi en un par de ocasiones al segundo marido de la Duquesa, me cayó mejor que su hijastro. Se de él que trabajaba de progre, algo que por aquel entonces gozaba de gran predicamento, fumaba mucho e iba en vespino sin casco.

Esta forma de ser, tan vinagre, a acabado pasando factura al Duque de Salvatierra que con el asunto del PER, ha metido la pata hasta el corvejón.  Más le hubiera valido al botarate este, estarse calladito, mas siendo su familia  una de las mayores perceptoras de subsidios de toda la unión europea.

La Duquesa de Alba, podrá ser todo lo esperpéntica que queramos pero en cuanto al dinero, tiene las cosas muy claras. Poco antes de su enlace, aprovechando el tirón mediático del mismo, registró la marca “Casa de Alba” para comercializar los productos de sus fincas.

Tras esta salida de pata de banco, la Duquesa desautorizó al memo de su hijo y le impuso una penitencia. Como no podía ir ni al Jesús del Gran Poder, ni a la Macarena, ni tan siquiera a ver a Curro Romero, que para esas cosas ya está ella. Tenía que ir a ver a uno de los últimos santos laicos que quedan en España, Juan Manuel Sánchez Gordillo, el alcalde de Marinaleda.

El Alcalde Sánchez Gordillo o camarada Juan Manuel que es como más le gusta que le llamen, este pertinaz ocupador de fincas y azote de latifundistas, desde hace cerca de 30 años, recibió al Duque bajo banderas verdiblancas que por escudo, en lugar del Hércules dominador tenían una estrella roja. Así bajo las banderas de sus enemigos, esa chusma plebeya, borracha, perezosa y subsidiada, a la que en otro tiempo hubiera azotado con su fusta desde lo alto del caballo, así cautivo y desarmado, Cayetano Martínez de Irujo, claudicó.

Cayetano: ¿Ves lo que pasa por molestar a las parejas, que están en los coches?

Dr Miriquituli.

No hay comentarios:

Publicar un comentario