jueves, 17 de noviembre de 2011

ME DA IGUAL UN BARBUDO QUE OTRO

ME DA IGUAL UN BARBUDO QUE OTRO

Me da igual un barbudo que otro, siempre y cuando “den la barba”  Eso es lo que necesita España, alguien con redaños que devuelva la ilusión a la ciudadanía. No nos equivoquemos, necesitamos muchas cosas, pero sin ilusión, sin fe, no vamos a ninguna parte.

Parece que la sociedad española, sobrealimentada y sobreprotegida, sufre el virus del desánimo. Vuelve un fatalismo histórico del que parece contagiada hasta “la roja” que aún sin jugar demasiado mal, en Wembley dio una imagen, como de conformismo que no me gustó nada y mucho menos ante un país (Ya se que suena un poco a rancio, pero es la pura verdad) tradicional enemigo nuestro y que además, desde sus sacrosantos medios financieros, nombran a España como un país de los denominados pigs  ¡Un país cerdo! ¡Me cago en su….! Bueno voy a dejar este tema, por que me enciendo.

Para el fin que nos ocupa,  parece mejor colocado el barbudo de la marca de la gaviota que el de la marca de la rosa, dada la pésima gestión del antecesor del barbudo de la rosa. En cualquier caso creo que los dos son políticos solventes que harán lo que tengan que hacer, aunque en periodo electoral digan cualquier cosa con tal de arañar un puñado de votos.

Lo que espero de los dos líderes barbudos, es un poco de cordura y que lleguen a acuerdos de futuro. En lo económico: que se cambie el sistema productivo, que se vuelva a la senda abandonada durante los últimos años de la industrialización, la investigación y la formación. En lo político: que se ponga tasa al disparatado estado de las autonomías y se frene de una vez por todas, la avidez de los caciques nacionalistas que cambian sus apoyos por privilegios económicos. Que de una vez se por todas sean más representados los votantes y no tanto los territorios.

El 20-N fecha evocadora de recuerdos infantiles, de esa España cutre, que olía a meados, a ozono pino y a repollo en las escaleras de mi casa. De raciales Manolos que peregrinaban a Perpiñan a ver el Ultimo Tango en París y que bien por convicción o bien por el bocadillo de mortadela, Iban como un solo hombre a la plaza de Oriente a jalear a Franco. Esa España si tenía ilusión a pesar de tener el peor sistema de gobierno posible ¿Por qué?  Por que todo el mundo arrimaba el hombro: En una industrialización, con muchas carencias, pero en expansión o trabajando en el extranjero y enviando unos ingresos muy necesarios o construyendo Benidorm y Torremolinos, ejemplos de esa cosa que aún funciona que es el turismo. 

¡Españoles todos! como decía el caudillo.  Este 20-N tenemos que ir a votar al barbudo de nuestra preferencia (O a quien les de la gana que también hay alguno y alguna sin barba) y esperar a que desde el gobierno o la oposición, nuestros políticos,  repito “den la barba” y España recupere la ilusión perdida.

Dr Miriquituli

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