Al escándalo de las tarjetas
“Black” le ha seguido la operación “Púnica” que a sacado a la luz la enésima trama de corrupción política de los últimos
tiempos en España. Y es que digan lo que digan los opinadores “autorizados” que
afirman que la mayoría de nuestros políticos son honrados, la impresión que
tiene el ciudadano de la calle es de que lo público es un erial poblado por
chorizos, trincones, conseguidores, jetas y aprovechados… La desfachatez con la
que nos roba esta tropa ha llegado a unos límites insoportables. Los políticos
electos, los antaño gurús de la economía y los prohombres entregados a elevadas
causas nacionales, se han destapado como unos vulgares saqueadores del dinero
público, los ahorros y las ilusiones de la gente humilde que los elevo a tan
altas dignidades sin que el castigo ejemplarizante que cabría esperar por sus
execrables delitos les llegue al menos de momento. En este contexto, no es
extraño que aparezcan personajes como el tal Francisco Nicolás al que los
medios de comunicación han bautizado como “el Pequeño Nicolás”
A la gente le resulta algo
simpatico este individuo con la cara mas dura que el hormigón armado; a mí no
me hace ni puta gracia, más allá de lo rocambolesco o esperpéntico que pueda
resultar el asunto. Me parece un reflejo del grado de podredumbre al que hemos
llegado. Este fachilla de nuevo cuño, heredero de los antiguos JASP. Joven
Aunque Sobradamente Preparado, que en estos tiempos inciertos han mutado JASR.
Joven Aunque Sobradamente Relacionado (La preparación ha sido substituida por
el “arte” de saber dar palmaditas en las chepas adecuadas). Se ha codeado, o al
menos ha conseguido dar esa impresión, con casi todos los personajes
importantes del PP, destacados empresarios e incluso llegó a colarse en la
coronación del mismísimo Felipe VI. Ha conseguido fotografiarse con toda esa
gente e introducirse en esos selectos cenáculos como si de un VIP más se
tratase ¿Por qué un arribista semejante ha pasado desapercibido en estos
círculos? Por que desgraciadamente el pelaje de nuestra clase dirigente no se
diferencia mucho, por no decir nada, del del Pequeño Nicolás. Y ya no hablo más
de este fulano por que el tema me pudre mogollón.
Esta semana ha salido la última
encuesta del CIS sobre intención de voto de los españoles, previa filtración de
los resultados la semana anterior. No me aventuro a dar un dictamen sobre la
intención de dicha filtración ya que no se a quien beneficia o perjudica. El
caso es que dicha encuesta vaticina una debacle electoral de los dos grandes
partidos tradicionales y la imparable ascensión de Podemos como nueva primera
fuerza política. Lo dicho, no se cual es la intencionalidad de la filtración:
si movilizar a los votantes desmotivados del PP o aumentar el impulso que los
casos de corrupción han dado al partido de Pablo Iglesias, el cual amenaza con
fagocitar al resto de fuerzas de la izquierda tradicional. Estas dos razones o
una combinación de ambas u otra que a mí se me escapa pueden haber sido los
motivos del soplo.
Yo, hay días en los que me levanto
siendo muy de Podemos… desgraciadamente, en el pasado nos engañaron muchas
veces los que enarbolaban la bandera roja y además a este partido y sobre todo
a su líder Pablo Iglesias, un potentísimo grupo
mediático les ha hecho la campaña electoral a golpe de aparición en
todos los programas de debate habidos y por haber ¿Por qué?
Algo en Podemos no acaba de cuadrar
y eso obviando melonadas como esas de dar altavoz a los antiguos etarras o su
gusto por apolillados militronchos en chándal que llevan muchas décadas
jodiendo a su pueblo. Nadie da nada por nada y menos las empresas mediáticas…
No se, ya les digo, me debato como muchos
conciudadanos: entre las ganas de darle su merecido a la “casta” responsable del
saqueo que no cesa, votando a podemos (Es lo que este partido anuncia a bombo y
platillo que va a hacer cuando llegue al poder) o no creerme nada y abstenerme
de votar en este sistema tramposo, con lo cual todo seguirá igual que hasta
ahora. En cualquier caso, espero que siempre me quede el recurso al pataleo,
diciendo en este blog como me parece a mí que son las cosas.
Lo que en las últimas semanas venía
siendo un otoño seco y en exceso caluroso, parece que finalmente retorna a los
cauces habituales. Tal vez estemos todavía a tiempo de salvar la temporada del
níscalo. Deséenme suerte en mi empeño recolector otoñal y sean tan felices como
esta gente molesta de la que les hablo les permita ser.
Dr Miriquituli
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