¡EL PAPA RENUNCIA! La noticia resulta sorprendente, en una
institución tan monolítica como es la Iglesia Católica. Ese inmovilismo ha sido
la base del éxito de la institución durante dos milenios, pero ahora mismo
resulta imposible seguir enrocados en las mismas tesis que hace siglos. Con una
sociedad en continua evolución, esto repercute en la caída de las vocaciones y
la constante disminución en el número de católicos y practicantes.
Este Papa es un profundo conocedor de los entresijos del
Vaticano. No en vano, fue el prefecto del instituto para la doctrina de la fe
(Institución que fija el dogma católico y que procede de la antigua
Inquisición). También fue la mano que guió la política papal en los años de
senectud de Juan Pablo II. Con semejante currículo ¿A que se debe su renuncia?
Desde mi total desconocimiento, del que dicen que es el
estado más pequeño del mundo y el menos democrático, puedo decir que la decisión
de Benedicto XVI, supone toda una revolución. Quizá la renuncia encierra una
cierta rebeldía de Joseph Ratzinger, que incapaz de haber llevado a cabo las
reformas que intentó poner en marcha en el funcionamiento de las instituciones
vaticanas y en un momento de especial descrédito de la iglesia, ante los
gravísimos casos de pederastia surgidos en varios países, decide hacer este
desplante torero. En cualquier caso me parece encomiable su decisión, ya sea
por la rebeldía antes mencionada o para ahorrar a sus millones de seguidores,
un espectáculo tan penoso, como el que daba en sus últimos tiempos su antecesor
el Papa Wojtyla. Y es que la decrepitud de un ser humano no debe de convertirse
en un espectáculo público. Cualquier persona, por importante que sea el cargo
que ocupa, debería poder pasar sus últimos días en paz. He oído decir que se va
a recluir en un pequeño monasterio que hay junto a los jardines del Belvedere.
Me parece un sitio precioso y le deseo que en las templadas tardes de la ciudad
eterna, cuando se cierren las puertas a los turistas, pueda pasear y meditar admirando
el Laoconte y el resto de maravillosas obras de arte que allí se encuentran. Todo
mi apoyo para un anciano que dice “ya está bien”.
No soy creyente, pero
soy un convencido de que uno de los pilares de la civilización occidental ha
sido el cristianismo y deseo de corazón que esta renuncia sirva para que una
institución tan importante como la Iglesia Católica Romana sea capaz de
adaptarse a los tiempos actuales.
Con la que esta cayendo y la cascada de noticias más
relevantes que se han producido en los últimos días, no es extraño que una
noticia como la que a continuación les relato, haya pasado de puntillas por los
medios de comunicación. Pues resulta, que al general Prim, no lo mataron los
arcabuzazos que unos individuos le dispararon en la calle del Turco, la actual
Marqués de Cubas (Detrás del congreso de los diputados)
En la calle del Turco.
Han matado a Prim.
Sentadito en su coche.
Con la guardia civil.
Murió estrangulado con una cuerda, a tenor de las marcas
descubiertas por los expertos de la universidad Camilo Jose Cela, que estudian
su momia (Muy bien conservada con su barbita y todo) Y es que al final, todo se
acaba sabiendo, aunque sea 142 años después.
Hay casos en los que la realidad supera la ficción y la vida
de Juan Prim da para varias novelas. Político liberal, brillante militar con
numerosas hazañas en su haber y conspirador impenitente; el de Reus es uno de
esos hombres de acción de nuestro convulso siglo XIX, que igual se tiraba a la
reina Isabel II (Sin confirmar este extremo, aunque bastante probable
conociendo a la pájara en cuestión), que vencía a la morisma en la batalla de los Castillejos o
que se entrevistaba con Abraham Lincoln durante la guerra civil americana,
después de participar en la expedición a México para derrocar a Juárez.
La noticia anterior entronca con una efeméride que también
ha tenido lugar esta semana: el 11 de febrero de 1873 se proclamó la Primera
República española tras la renuncia a la corona de Amadeo de Saboya, aquel rey
italiano que sustituyo brevemente a los Borbones tras “la Gloriosa” y cuyo
mayor valedor en España era el mismísimo Prim. El piamontés, solo llegó a ver al
general en su capilla ardiente. La Primera República apenas duró veinte meses y
se tuvo que enfrentar a tres guerras: La Tercera Guerra Carlista, la Rebelión
Cantonal y la Guerra de los Diez Años en Cuba. No obstante con aquella república,
se obtuvo un logro nada menor para la época: la abolición de la esclavitud en
España.
Ya por último, no me gustaría dejar de reseñar la visita de
Mario Monti al parlamento. Como decía la letra de aquel tango “Me revienta tu
presencia, pagaría por no verte…” Pues eso me pasa a mí con este fulano. Con
gafas es feo, pero sin gafas es del todo repulsivo. Parece que precisara un
chute de All Bran en vena, para resolver su problema de estreñimiento crónico.
El caso es que ha comparecido a puerta cerrada, sin luz ni taquígrafos y todo
para decir que “Vamos por el buen camino, pero aún hacen falta esfuerzos
suplementarios” ¡Me cago en su p--a m---e! El estadista italiano, me parece un
aventajado sucesor de aquellos legendarios políticos mangantes: Pertini y
Andreotti, que en la década de los ochenta dejaron el país trasalpino hecho un
solar. Si es posible que este tipo no vuelva por aquí, que ya tenemos mierda
nosotros mismos, para dar y tomar.
Aunque a medio día haga bueno, por las mañanas abríguense,
que hasta el rabo todo es toro y aún queda un poquito de invierno por pasar.
Dr Miriquituli.
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